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¿Y si tus antojos no fueran hambre, sino tristeza con disfraz de croissant?

Si sientes una conexión especial con la despensa y no puedes resistirte al dulce, puede que no sea solo cuestión de antojos, sino una señal de que tu estado de ánimo está pidiendo ayuda.
Los antojos de azúcar y carbohidratos refinados están estrechamente ligados a la serotonina y la dopamina, neurotransmisores que regulan el bienestar y la motivación. Cuando estos niveles están bajos (por estrés, fatiga o desequilibrios en la microbiota), tu cuerpo busca un “subidón” rápido… y ahí entra el chocolate como falso salvador.

Dejarás de tener antojos cuando equilibres nutrición, emociones y energía

Los antojos no son solo cuestión de fuerza de voluntad. Cuando tu cuerpo está en desequilibrio—ya sea a nivel nutricional, emocional o energético—terminas comiendo sin control. En este post descubrirás cómo estabilizar tu glucosa, liberar bloqueos emocionales y equilibrar tu energía para que los antojos desaparezcan de forma natural, sin dietas ni restricciones. Dale a tu cuerpo lo que realmente necesita y olvídate del hambre impulsiva.

Encontrar el sentido de tu vida acabará con el picoteo constante.

Si sientes que el picoteo se ha convertido en un hábito que no puedes controlar, puede que el problema no sea la falta de fuerza de voluntad, sino un vacío emocional más profundo. No encontrar el sentido de tu vida puede estar impulsando tus antojos, llevándote a buscar en la comida lo que te falta en otras áreas.

El Proyecto Sentido nos ayuda a entender cómo las emociones heredadas y las experiencias tempranas moldean nuestra relación con la comida.

Los antojos: mensajes de tu nervio vago que no puedes ignorar.

¿Los antojos te atacan sin previo aviso? No es falta de voluntad ni brujería, es tu nervio vago descontrolado. Este mensajero entre tu cerebro y tu intestino decide si comes por hambre… o porque tu glucosa y tu microbiota están saboteando tu autocontrol. La buena noticia: puedes hackearlo con nutrición, Flores de Bach, homeopatía y péndulo hebreo. ¡Dile quién manda!

Cuidado con la ira: No gestionarla puede darte ganas de COMER

¿Alguna vez te has encontrado devorando algo después de un día estresante o una discusión? La ira reprimida muchas veces se cuela en la comida en forma de antojos incontrolables o atracones emocionales. En este post, te cuento cómo evitar que tu enfado acabe en la nevera, con 4 enfoques que van desde las Flores de Bach hasta la Neurobioconexión. Y sí, hay solución antes de que desaparezca media despensa.