Cuando intentas salvar a todo el mundo… y la que acaba agotada eres tú
¿Te ha pasado alguna vez eso de decir “sí, claro, yo me encargo” cuando lo que en realidad querías era meterte debajo de una manta y desaparecer del mundo?
¿Lo das todo por los demás… pero contigo misma ni a café te invitas?
Ajá.
Tenemos que hablar.
Y no, no estás loca. Probablemente tienes el famoso (y agotador) síndrome del salvador.
Ese patrón invisible, heredado, aprendido o directamente tatuado en el ADN emocional, que te hace sentir responsable de la felicidad (y la digestión) del resto del planeta.
Spoiler: no es sostenible.
Porque sí, esto también tiene su explicación en la PNI, la Neurobioconexión, la biodescodificación y hasta en los astros si te pones mística.
(Spoiler 2: si naciste entre luna llena y tormenta familiar… casi seguro te tocó el rol de salvadora en la infancia).
👉 Aprendiste que, si ayudabas, te querían.
👉 Que si solucionabas problemas ajenos, valías más.
👉 Que si te olvidabas de ti, eras buena persona.
¿El problema? Que ahora tu cuerpo va en piloto automático hacia el autoabandono funcional.
Y tú no eres una ONG emocional.
Eres un ser humano.
Y tienes derecho a caerte, decir “no”, o incluso hacer la croqueta un martes a media tarde sin sentirte culpable.
Desde lo físico, ese síndrome puede dejarte:
😴 Sin energía.
😵💫 Con la mente saturada.
🤯 Con antojos cada vez que sientes que no puedes más.
💣 Y con una inflamación invisible que te pasa factura.
Y desde lo esotérico… tu aura pide vacaciones.
(Y honestamente, no la culpo.)
💡 Pero aquí no venimos a juzgarnos.
Venimos a observar, con amor y un poquito de sorna.
Porque sanar no tiene por qué ser una cruzada épica ni una penitencia.
A veces empieza con darte permiso para dejar de ser la salvadora del mundo…
y convertirte en tu propia prioridad, por primera vez.
Si sientes que ha llegado el momento de liberarte de esos patrones que te agotan, de soltar la carga emocional que ni siquiera era tuya y volver a ti con fuerza, conciencia y energía…
SOMA es tu camino.
Un viaje de transformación profunda donde unimos la biodescodificación, el péndulo hebreo y todo lo que tu alma ya sabe… pero tu cuerpo aún no ha terminado de escuchar.
Porque no viniste a salvar a nadie.
Viniste a reconectar contigo,
a liberar bloqueos,
y a recordar quién eres cuando no te estás apagando por los demás.
✨ Te espero en SOMA.
Haz clic aquí y empieza a sanar de verdad.