Antes de apuntarme al método de Gemma, vivía hinchada. Sentía que todo me caía mal y que mi cuerpo iba por libre. Lo más fuerte para mí fue que al regular los hábitos y el orden de las comidas, la digestión me mejoró much. Desde entonces me siento más ligera, con más energía y sin la necesidad constante de comer algo dulce.