Soy la típica que ha hecho todas la dietas del mercado: keto, ayuno intermitente, contar calorías… y siempre acababa agotada y frustrada. Con Código EVA fue distinto porque cada semana sumas un hábito y aunque no lo tenía muy claro porque me parcía algo demasiado simple, la verdad es que me hacía sentir mejor. Me sorprendí de lo rápido que me desaparecieron los antojos y lo estable que me sentía. Tenía miedo del efecto rebote, porque al comer bien perdí unos kilos pero hasta el día de hoy sigo controlando y el cuerpo no me pide chuches.